La amistad no es eterna.

Antes que nada debo aclarar que esto lo escribí hace mucho tiempo y, por mi cobardía, no lo envíe a su destinatario en su debido momento, y tal vez, aunque lo lea, ya no tiene la menor importancia. Sin embargo, tal vez esta experiencia mía pueda servirle a alguien que esté por correr mi misma suerte, o tal vez Jael aún esté a tiempo de leer aquello, no lo sé. Pero vale la pena publicarlo, es lo que siento y es lo que haré:

Jael.

Creo que esto ya lo he dicho, creo que también van varias veces que lo he insinuado patéticamente, creo que ya son más de mil veces las que traté de decírtelo con un total fracaso por resultado y creo que el cielo ya debe estar harto de verme pensándolo a cada momento. Pero no está de más que lo diga una vez más: Jael, vales mucho para mí y te quiero, quizás demasiado, quizás de la manera equivocada y quizás esto ya se ha vuelto una obsesión, pero esto es la verdad, y mi mayor error quizás fue el haberlo callado, pensando que eso sería lo mejor para nosotros. Pero no. Porque cada vez que tú llegabas a sospecharlo (o darlo por hecho) y yo lo negaba, era como si te estuviese mintiendo (aún si ya lo sabías, lo que lo volvía aún más patético). De todas maneras, nunca esperé que me correspondieras. El quererte en sí para mí era mi recompensa. No necesitaba más. El ver que me querías como tu amigo era un pequeño alivio, un trago agridulce que me reconfortaba y a la vez recordaba como eran e iban a ser siempre las cosas. Algo que me hacía volar y al mismo tiempo tener los pies en la tierra y mirar a la realidad.

Pero cosas como estas, como el querer, como el amar, son cosas de la vida, y, junto con esta, no son eternas. Por lo que no tenía ningún caso callarlo y dejar pasar el tiempo. Ese fue mi grandísimo error. Porque tal vez al día siguiente ya no seamos capaces de vernos o decirnos aquello que era tan importante, o porque tal vez, para mañana, aquello ya no sea tan importe y ya no valga la pena tener que decirlo. No sé si esto último fue lo que me pasó a mí, pero, de ser así, lo acepto. De todas maneras, yo no creo que el amor sea eterno como dicen, porque incluso el vasto universo algún día habrá de cerrar su ciclo y todas las estrellas tendrán que apagarse y todos los sentimientos esfumarse. Pero la grandeza de las cosas no está en cuanto perduran, sino en su esplendor, en la intensidad con la que brillan y en la fuerza que irradian durante el presente. Y mientras algo tenga la energía que le permita ser, aquello debe brillar cuanto pueda. Porque el tiempo no espera y habrá de destruir las cosas sin importarle cuanto hicieron o que fueron durante su tiempo. De hecho, Charlie Chaplin dijo alguna vez: “la vida es una obra de teatro donde no hay ensayo, por lo que uno debe bailar, actuar, cantar y dar todo lo mejor de uno antes de que se cierre el telón sin haber recibido aplausos.” Y yo fui un verdadero estúpido al no querer reconocer lo que sentía por ti sólo por saber que no ibas a aceptarme. Pero no gano nada lamentándome. Lo importante siempre es el presente y lo que alcances a hacer con él. Por eso, no me pidas que deje de quererte ni sientas cosas por ello, porque esto no tiene porqué durar toda la eternidad, pero mientras lo sienta, mientras aún este tonto sentimiento viva, ya no lo voy desconocer, y mientras pueda sentir algo por ti, voy a quererte con todas mis fuerzas y demostrar, chueco o derecho, lo que por ti siento, ya que tal vez mañana ya no pueda hacerlo o siquiera sentirlo. Mientras se me permita, habré de aprovechar para decir todas aquellas cosas que callé. Decirte que siempre pienso en ti, sin importarme ya que piensen que soy un obsesionado, decirte cuan celoso me pone oírte hablar de las personas que te pretenden sin miedo a parecer un posesivo o darte el gusto de vanagloriarte de que tus chantajes resultaron (aunque aún así lo habrás de hacer, puesto que lo logras y se nota a leguas), decirte que te quiero sin miedo a que lo interpretes como tú quieras, lo tergiverses o lo niegues o simplemente pienses que esto no es la gran cosa. Nunca debió importarme, nunca debí tener miedo a que tú terminaras odiándome como terminaste odiando a Giovanni, ni mucho menos a ese “no” que siempre había tenido desde el principio, pero que aún así no quería escuchar en vano. “El ‘no’ ya lo tienes”, me decían algunos, pero para mí, el no pasivo, el no que tienes al no dar el paso, ese ‘no’ pesaba menos que el ‘no’definitivo que recibiría al encararte.
Pase lo que pase, y aunque el tiempo nos separe, y aunque… y aunque… y aunque lo que sea, quiero desearte lo mejor, que logres encontrar a esa persona a la que siempre has esperado pacientemente, esa de la que tanto me has contado y que de seguro debe estar ahí, esperándote también a ti. Que logres una vida llena de satisfacciones, que nunca más vuelvas a sentirte sola, aunque realmente no creo que lo hayas estado realmente en ningún momento. Nunca estamos sólo realmente, únicamente llegamos a sentirnos así. Que sin importar a donde te vallas o con quien estés, o donde estés, siempre estés bien. Y aunque con el tiempo, poco a poco, deje de ser tan importante para ti, nuestras vidas se separen y olvidemos nuestros nombres y rostros, al menos algo de lo que dije o hice por ti te acompañe y te sirva durante toda tu vida. No digo esto porque piense que mañana ya no volveremos a vernos, pero es una parte de las cosas que quiero decirte mientras tenga la oportunidad, ya que mañana siempre es tarde; hacer mañana las cosas que hoy pudiste haberlas hecho es hacerlas, siempre, demasiado tarde.

También quiero que sepas que lo lamento, que fui siempre un estúpido en todas esas ocasiones en que te llevaba la contraria solo por llevártela, y por ser tan egoísta al grado de no querer que me dieras nada, para ser solo yo el que te diera, pero es que esa era mi rara manera de querer hacerme el fuerte frente a ti, aún cuando en realidad era un ser débil. Perdón por cada vez que te hice sentir mal, son muchas las que llevo contadas, mas, aún así, debieron ser más. Perdón por no ser siempre sincero, y por no siempre comprender que no siempre podemos tener los mismos gustos, por ser indiscreto a propósito para verte avergonzarte de mis palabras y, en cambio, ser cerrado y poco confiado cuando tratabas de que yo te confesase algo importante que realmente querías saber. Por no entender que es normal que haya cosas más importantes para ti que yo y obligarte a mentirme para no hacerme sentir mal. Perdón, se que muchas veces me diste a entender que no debía verte con otros ojos. Aún recuerdo cada una de tus maniobras y palabras para hacérmelo entender. JE…

¿Recuerdas el día en que llegué a tu casa y te regalé una rosa? Sí, ya se que fue hace mucho. De todas las veces que me manipulaste para que me hiciera a la idea de que el quererte así era una mala idea, esa es mi favorita y la que más recuerdo. Fue increíble cada una de tus desilusiones, se notaba que ya eras toda una experta en lidiar con pretendientes. Desde decir que tus flores favoritas son las orquídeas (creías que no las conozco?) hasta decir que te había gustado el sujeto que me derrotó en aquel torneo de “Mitos y Leyendas”. Sin menospreciar tu maravillosa guía de cómo conquistarte que casualmente me habías revelado y que casualmente podía darme el lujo de negar haberla pedido si la solicitaba a Bety, y que casualmente tenía un nivel de dificultad altísimo, que entre los requisitos estaba hablar Portugués xD. Ya me imagino la cara que debí poner cuando dijiste que tratarías de darle una oportunidad a Giovanni para luego decir que no podrías porque él era como un hermano para ti. Creo que recientemente dijiste que me querías como a un hermano, es raro que digas eso. Parece que puedes querer a tus amigos como a un hermano, a tus hermanos como a algo distinto a eso, y tal vez a alguien que fue tu novio como a un amigo, pero no a un amigo como a un hombre lol. Bueno, no importa. Tú y yo sabemos que esa no es la razón. Pero ya no guardo rencor contra mí mismo por ser como soy, ni tampoco voy a seguir avergonzándome de ello, ni muchísimo menos creer que hay algo mal en mí, pues: “Para dejar de ser lo que uno es, hay que estar loco.”

Cuídate, y si un día necesitases la ayuda de alguien, piensa en que tienes a un aliado dispuesto a dar su vida para protegerte.

Sé feliz.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...