Emo Note. CAP 1.

Lo prometido es deuda. Mi hermanita Jedah, hace unos dias, sopló 15 velitas (porque no le alcanzó para el resto LOL) y le prometí escribir un fic donde saldría ella. Si quieren, también pueden verlo en ff.net en mi profile.

Tìtulo: Emo Note.
Categoría: Crack-Parodia.
Personajes: OCs basados en personas reales y personajes del cannon.
Resumen: El cuaderno de la muerte ha caído en manos de un sociópata aún más peligroso que Light Yagami. ¿Qué es lo que ocurrirá?
Capítulo 1: Asco.

Hace mucho tiempo, existía un peculiar joven de mentalidad bastante distorsionada. Un demente y frustrado estudiante de ingeniería; amargado, sumamente pervertido, con tendencias sociópatas y ataques de histeria crónicos. Su nombre era Animetrixx.
Animetrixx era un estudiante de universidad que se la pasaba divagando durante sus clases, pensando en problemas existenciales como: “¿Por qué Jensan Jensan escribe sus fanfictions con los dedos de los pies?” o “¿El Marqués de Sade es un extraterrestre capaz de derrotar a Chuck Norris?”. Su pasatiempo favorito era observar los senos de las jovencitas a través de sus escotes y calcular, a través de su tono de piel y su edad, el color aproximado de sus pezones. (!)
Las cosas que Animetrixx odiaba eran muchas. A menudo, observaba con amargura la putrefacción latente y constante del mundo. Pero él no era el único, también había alguien más; un ser que, desde su propio mundo, se lamentaba la decadencia del mismo al igual que nuestro protagonista. En un mundo muy lejano, oscuro y lleno de tinieblas, también habitaba una criatura harta de verse rodeada de tanto conformismo y monotonía. Se trataba de un negro y solitario shinigami que, al igual que el joven humano, se encontraba atrapado en una fatídica existencia.
- ¿Eh…? De nuevo perdí… Eres demasiado suertudo. – Dijo un perezoso monstruo. El dios de la muerte le observaba a él y a los otros de su género malgastar su tiempo en juegos. Cómo desearía que al igual que los mortales humanos, existiera algo denominado “destino” para que los guiase también a ellos.
- ¿Compraste la nueva revista “Para ti”? Se trata de número especial de Emos. ¡Está fenomenal!
- ¿En serio? – Cuchicheaba una joven del campus a su amiga en el patio–. ¡Ya quiero verla…!
El ya de por sí malhumorado Animetrixx pasaba cerca y las escuchó.
“Emos… Justo cuando pensé que los seres humanos no podíamos caer más bajo…”
- Oye, Ryuk… Ven. ¿No quieres jugar con nosotros?
El asqueado shinigami permaneció en su sitio, sentado; pensativo molesto e inconforme.
- No, gracias. Yo paso…
- ¡Ese flequillo se te ve maravilloso!
- Yo también quiero vestirme como emo, solo que mis padres no me dejan crecer más el pelo.
- Gracias. Mañana, que es sábado, iremos a comprarnos ropa emo al centro comercial. Si quieren, puedo prestarles unas playeras que tengo.
El grupo de amigos no dejaban de platicar como insulsas sobre su manera de vestir. El apuesto (?) Animetrixx las escuchaba.
“Justo cuando creía que lo había visto todo. Qué ridiculez. Se peinan de la misma manera, se visten del mismo modo, y todo para decir que tienen una identidad. Ya no lo soporto…”
“Pero que desperdicio… día tras día…” meditaba el shinigami por igual.
“Siempre es lo mismo. No cabe duda que la humanidad está decayendo lastimosamente…”
“Ya no lo aguanto…”
“No cabe duda que este mundo…”
“Se está pudriendo…”

…………………
Regresar a casa era el único pendiente de Animetrixx por el día de hoy. Por mero ocio, el joven se encontraba leyendo una de esas asquerosas revistas juveniles. Su propósito era confirmar como la seudo cultura juvenil “emo” estaba empezando a proliferarse más. A él nunca le gustaron las tribus urbanas; para él, siempre fue absurdo seguir un patrón para definirse a si mismo por la apariencia, más que por los pasatiempos o preferencias, que en este caso eran condicionadas también a un patrón absurdo. Pero aquella tendencia en particular no la soportaba en lo absoluto. Un skater se podía denominar alguien aficionado al patinaje; un rockero, como a alguien al que le late la música de ese género; un rapero, por el rap; un hippie, por los ideales de amor y paz; y así siempre sería. Pero, ¿Qué demonios era entonces un Emo? Bien podrías preguntarle a uno de ellos y siempre te darían una respuesta diferente. Y es que, en realidad, muchos jóvenes se estaban empezando a dejar crecer el flequillo y alaciarse el cabello para después gritar a los cuatro vientos: “soy un Emo”, sin tener la más mínima idea de que significa tal término. Los Emos eran un claro ejemplo de la denigración del individualismo ante el propagandismo de una cultura artificial, que solo busca promover la falsedad y la superficialidad. Si alguien se viste como se le da la gana, ese alguien habrá de ser criticado por no encajar en ninguna de las tribus urbanas, por ser un ser sin identidad. ¡Valla paradoja! Tus amigos de cierta manera también tenían que vestirse de la misma forma que la tuya porque, es anormal que los góticos se junten con los cherries, los otakus con los populares y los deportistas con los intelectuales. Para demostrar quien eres, debías forzosamente vestirte como tal y ponerte una etiqueta en la frente con el nombre de alguno de los tantos grupos. “Yo no soy ningún friki… yo soy un “Animetrixx”. ¿Hasta cuándo lo comprenderán…?” pensaba con desilusión y apatía el incomprendido y, por lo tanto, sin amigos, estudiante del campus, mientras veía cómo se conformaban los grupos de jóvenes por su manera de vestir y música favorita, más que por su manera de pensar y características psíquicas.

De repente, un objeto caído del cielo se impactó violentamente en la cabeza del distraído joven, derribándolo al piso y ocasionándole un dolor inmenso.
- ¡Ay, Ay, Ay…! – ¿pero quién demonios fue quién…? ¿Qué es esto?
Animetrixx miró adolorido, al pequeño cuaderno negro que lo había golpeado y lo levantó del piso.
- ¿”Death Note”? – Leyó el curioso título de la libreta–. Sé que “Death” significa muerte, pero… no recuerdo muy bien lo que significa Note. ¿Acaso significa: “La nota de la muerte”?
Curioso, abrió la libreta. Para su sorpresa estaba en blanco, salvo unas instrucciones escritas en la cara interna de la pasta.
- “How to use…” está en ingles. ¿Qué es lo que dice? Cómo… usar… ¿eso…?
Animetrixx no conocía muy bien el inglés, Así que decidió guardar la libreta negra en su mochila y caminar de regreso a casa, donde averiguaría a como diera lugar quien había sido el imbécil que le golpeó aventándole aquella libreta.

………………………

El joven de ojos cafes llegó a su domicilio. Las primeras palabras en pronunciar, tras cruzar la puerta, fueron:
- ¡Jedah! ¡Ven acá! ¡Necesito que me ayudes con algo!
- ¡ya te dije que no voy a tomarle fotos a mis amigas en la fiesta de Pijamas, hermano “Hentai”! – respondió una fémina y joven voz, desde el segundo piso de la casa.
- ¡No, estúpida! – gritó algo ruborizado y furioso Animetrixx –. Lo que quiero es que me ayudes a traducir algo.
- ¿Qué…?
Animetrixx subió a su habitación, dejando la puerta de la misma abierta para que su hermana menor pudiese entrar. Minutos más tarde llegó Jedah, vistiendo apenas una enorme playera arrugada y unos shorts.
- ¿Qué quieres? – preguntó irritada.
- Encontré esta libreta negra camino a casa – Animetrixx le mostró el objeto.
- A ver… - lo tomó y leyó la portada -“Death Note”… ¿El cuaderno de la muerte?
- ¿Cuaderno?
- Sí, idiotita. Cuaderno.
- ¿A quién le llamas idiota?
- ¿Vez acaso otro idiota aquí? – Se mofó la bella (?) jovencita de su hermano, con un tono de voz irónico y arqueando una ceja. Animetrixx se enfadó y apenas pudo ocultar su gesto de rabia. Pero enseguida se defendió diciendo:
- Ahora que lo dices… sí estoy viendo a alguien. Lo tengo justo en fren…
No pudo terminar la frase. Jedah le conectó un fuerte libretazo en la cabeza antes.
- ¡Ay, ay, ay!
- Eso te pasa por boquifloja. Ahora dime para qué querías que te ayudara.
- Yo solo… - tartamudeaba mientras se reponía del impacto – Yo solo quería me ayudaras a traducir unas cosas que tiene escrita esa libreta.
- ¿Cosas? – Jedah abrió el cuaderno y miró las instrucciones que venían en la contraportada. Leyó el título de las mismas en voz alta. – “How to Use It”… eso significa: “Cómo usarlo”. De seguro se trata de una especie de instructivo. ¿Tienes una pluma?
Animetrixx fue por un lápiz de su escritorio y; junto con Jedah, se sentó en la desordenada cama de su alcoba para traducir, frase por frase, las instrucciones que el raro cuaderno de pasta negra llevaba escritas con tinta blanca y, al parecer, a mano. Había algunas palabras y conjugaciones que se les dificultaba a ambos, pero con un poco de esfuerzo y con ayuda de un diccionario inglés-español, fueron capaces de hacerlo.
- Ya está –dijo la joven, quien había escrito la traducción en la primera página del cuaderno–. Veamos:
Death Note (El cuaderno de la muerte).

Cómo usarse:

El humano cuyo nombre sea escrito en esta libreta, morirá.

Esto solo ocurrirá si el usuario que escribe en el cuaderno tiene en mente el rostro de la victima al momento de escribir su nombre. Esto es para evitar que las personas que compartan el mismo nombre no se vean perjudicadas.

Se cuenta con cuarenta segundos, a partir de que se comenzó a escribir el nombre de la victima, para escribir la causa de muerte; la cual, se cumplirá.

En caso de que no se escriba una causa de muerte, la victima morirá de un infarto al corazón.

Una vez escrita la causa de muerte, se dan seis minutos con cuarenta segundos para escribir los detalles sobre el fallecimiento.

Ambos hermanos leyeron escépticos las instrucciones traducidas.
- ¿Pero que clase de broma es ésta? – injurió Animetrixx.
- Así que… este cuaderno sirve para matar personas. Solo tienes que escribir su nombre en él – exclamó curiosa la hermana del friki.
- Eso es imposible. Si realmente pudieras usar este cuaderno para matar, ¿Por qué es que sigue en blanco? Alguien ya lo hubiera utilizado para matar a alguien a quien no le simpatiza, ¿no?
- Si no lo quieres, ¿me lo regalas, hermanito? – suplicó la aprovechada hermana–. Esta libreta podría servirme como diario.
- No –contestó–. Es mía. Ya encontraré la manera de aprovecharla.
- ¡Hermano malo! –reclamó para luego darle una fuerte bofetada y salir de la alcoba con un berrinche.
– ¿Qué te pasa? –gruñó mientras se sobaba la mejilla del dolor–. Eres una escuincla del demonio. ¡No te necesito! ¡Vete!
El universitario se quedó solo y contempló la libreta lleno de escepticismo. ¿Qué es lo que haría con ella? Para Animetrixx, esto estaba totalmente fuera de la lógica, de la ciencia. Maldecir a una persona escribiendo su nombre y la manera en que debe morir para que dicha maldición se cumpla. Aunque todo esto fuera imposible, tal vez sería interesante saber que es lo que una persona haría si tuviera en sus manos aquella habilidad. Sin duda sería un asesino, pero no habría manera de inculparlo de que una persona fuese atropellada o le diera un infarto solo por haber escrito su nombre en aquel cuaderno. Existe pues, un gran trecho entre desear que una persona muera y matarla. Pero con un objeto como ese, dicha línea desaparecería y se requeriría de un mínimo de voluntad para provocar la mayor y más temida tragedia de los seres humanos. Animetrixx meditó al respecto, y llegó a la conclusión de que la persona que había fabricado aquella tonta libreta, lo había hecho como un experimento para revelar los oscuros pensamientos que habitaban en la mente de un individuo; siendo la libreta, una especie de objeto en donde se verían reflejados los pensamientos de odio del humano propietario. Escribir los nombres de las personas que el dueño de la libreta quiere ver muertas, incluyendo las causas de muerte –la manera en que este desea que muera, no conforme con que fallesca, desea que lo haga a complaciencia suya–, servirían para auto analizarse, hacer un inventario de sus sentimientos más oscuros. Animetrixx pensó entonces, utilizar la libreta para escribir los nombres de las personas que él desearía que murieran, junto con la manera en que a él le gustaría que muriesen. De esa manera, podría darle, siempre que quisiera, un vistazo a su alma a sus pensamientos destructivos cada vez que quisiera ponerse a reflexionar sobre sí mismo.
“Veamos. ¿A quién me gustaría ver muerto…? ¡Ya sé! A esos mal nacidos de Panda.”
Corrió al escritorio y encendió su PC. Buscó en Internet los nombres completos de cada uno de los miembros de aquella banda de Rock, la cual él odiaba con todas sus fuerzas, y, siguiendo al pie de la letra las instrucciones del cuaderno, preparó una funesta y detallada escena de muerte para el grupo.
“Qué divertido sería si esto en realidad ocurriera” pensó mientras reía quedo y malicioso. “No importa. De solo imaginármelo siento que mis entrañas se revuelven del placer… Además, siempre que quiera volver a verlos sufrir e imaginarlo, solo tengo que abrir este cuaderno y leer de nuevo sus muertes. En fin, creo que ya me divertí suficiente por hoy. Tengo que ponerme a jugar Pokemon en línea.”
Animetrixx cerró el cuaderno y, olvidandose momentáneamente del mismo, se dispuso a divagar en otras tonterías como era su oficio común.
Continuará…
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