Los Otakus de Ayer y Hoy, segunda parte

Primera Parte:
Un buen aproximado de lo que el mundo cree que somos o debemos ser. A veces nosotros mismos nos lo creemos.
Ya en la anterior entrada expliqué cual es la principal diferencia entre un Otaku latinoamericano de los 90 o principios del 2000 en comparación con los de ahora: El acceso a animaciones y mangas gracias a la tecnología de hoy en día; y las consecuencias que esto ha traído de acuerdo a mi punto de vista. Me parece bien aclarar también que en estos tiempos el propio término "Otaku" se ha vuelto cada vez más ambiguo de lo que ya era desde sus inicios. Hay quienes creemos que por el simple hecho de que te guste mucho el anime y el manga y dediques una considerable cantidad de tiempo libre a entretenerte con los medios relacionados a este ya eres merecedor del título. Hay quienes aseguran que Otaku solo debería ser usado para nombrar a quienes llevan dicha afición a niveles enfermizos, que se vuelven antisociales, que solo piensan en eso y que se niegan a encajar en el mundo real y se refugian en uno de fantasía. Así que, antes de continuar, les pregunto queridos lectores: ¿Qué es para ti un Otaku?


Y lo peor de esta polémica es que esto también afecta a la percepción que un autodenominado otaku tiene sobre sí mismo. A aquel que se llama a si mismo Otaku ya no le basta con ver Naruto, comprar figuras, leer los mangas de la Jump que traducen todas las semanas y jugar videojuegos para sentirse uno. Él está consciente de los estereotipos que abundan en la red sobre los Otakus y lo último que quiere es que se les etiquete con tales estereotipos. Pero pretender que se es una persona con identidad propia y que la gente se lo crea no funciona, no en esta sociedad que necesita poner etiquetas para memorizar y decidir cómo debe interactuar con otros individuos. Si la gente descubre que te gusta mucho el anime te tildará de Otaku, y al hacerlo, te tildará de cada uno de los tópicos y estereotipos que vienen en el paquete. Algo así como esto:
 Seamos francos. La gente que entiende realmente que los estereotipos es una estupidez son una minoría. Incluso la gente que de dientes para afuera dice estar consiente de lo necio que es estereotipar y prejuzgar a las personas, lo hacen sin que ellas mismas se den cuenta. Por mucho que una persona diga saber que los estereotipos son solo eso: estereotipos, tales estereotipos están ahí, en su mente. No puedes luchar contra es instinto tan arraigado de las personas de prejuzgar, etiquetar y estereotipar todo lo ven y piensan. Por mucho que la gente lo niegue, la percepción que un conocido tiene de ti antes y después de saber que eres un Otaku/reggeatonero/Hipster/metalero/fresa/rico/pobre/ateo/ortodoxo/deportista etc... se verá contaminada por los estereotipos que anidaron desde hace muchos años en su mente.
Otro ejemplo de estereotipo Otaku, al menos no
es tan exagerado como el típico gordo con granos.

¿Cómo combatir entonces dichos estereotipos? La respuesta en sencilla: La única forma de sacar del pensamiento colectivo los estereotipos negativos que se tienen respecto a un grupo o estilo de vida, es descontinuando tales estereotipos con estereotipos nuevos. ¿Qué quiero decir con esto? Pus tal como se oye, si la sociedad tiene el estereotipo de que los Otakus, gamers y frikis son unos gordos sin vida social, habrá que hacerles creer otra cosa: Mostrar con fotos que a veces los otakus también son gente atractiva, mostrar que los Otakus también tienen amigos que comparten sus gustos, mostrar que no nos avergonzamos de lo que somos, que ser otaku no está peleado con llevar otras aficiones como la práctica de algún deporte. Reemplazar el concepto de ropa sin chiste con el de accesorios y ropa con temática japonesa, reemplzar la creencia de que uno se la pasa horas frente al PC con imágenes de convenciones masivas portando estupendos cosplays, reemplazando la idea de una persona tímida con la de un joven que le gusta comportarse como ciertos personajes de anime y hablar intercalando frases y expresiones japonesas con su idioma local. De la misma forma en que un rockero, un skater, un rapero, un hippie se visten, hablan, se comportan y se expresan como tales, el otaku, harto de los estereotipos que se la habían impuesto, busca emular la misma fórmula para convertir su afición en un estilo de vida, incluso una cultura.

¿Sería igual de fácil convencerlos de esto?
Pero bueno, este movimiento no ha servido de mucho en mi opinión. El estereotipo del solitario antisocial sigue con vida, no va a morir nunca. Y por si fuera poco, los nuevos estereotipos de lo que es un Otaku no son propiamente positivos, al contrario, yo diría que los estereotipos negativos de un Otaku se han incrementado. Del sujeto retraído y tímido que se encerraba en su mundo para escapar de la realidad, ahora hemos pasado al orate que no puede diferenciar la fantasía del mundo en el que realmente vive. Una suerte de obsesivo convulsivo que desprecia todo lo que no es de japón y responde violentamente a quien osa criticarle su estilo de vida. ¿No me creen? Tan solo hay que recordar el tan famoso como infame episodio de la Telenovela "La Rosa de Guadalupe" que abordó el tema hace apenas un par de años para darnos una idea de qué imagen tiene el colectivo social de la cultura Otaku hoy en día. Sí, ya sé que hubo muchas protestas, qu incluso los que no se consideran Otakus protestaron al saber lo profundamente errado y estereotipada que había quedado esa bazofia. Pero no dejaba de ser un perfecto ejemplo de lo horrorosos que pueden llegar a ser estos nuevos estereotipos sobre el otaku. Tan solo pensar que esta novela es vista por miles de madres que quizás tienen a uno o más hijos aficionados al anime, y de las posibles reacciones que tendrían al tomarse todo lo que vieron como una verdad indiscutible. Namiko Moon podría haber sido una parodia cargada de auto crítica y sátira, y entonces hubiese sido perfecta. Pero siendo un personaje que pretende reflejar una realidad latente en nuestros tiempos, no solo deja mucho por desear, sino que además es como una patada en los testículos (u ovarios, si eres chica) a un grupo que lleva años luchando contra los estereotipos que atentan contra su dignidad y libertad para aficionarse a lo que ellos quieran. Ni siquiera los emos en su momento llegaron a ser tan ridículamente caricaturizados.

He aquí el infame episodio:
Increible que a la fecha lo siga viendo con los mismo sentimientos encontrados de risa, enojo e indignación. Y es que, repito, si el concepto y la historia hubiese sido concebida como una sátira, me habría reído, habría aplaudido emocionado de ver algo tan jocoso y divertido. lamentablemente, estaban hablando en serio...

Ni hablar, no es la primera vez que los guionistas de esa serie hacen el ridículo. El segundo lugar creo que se lo daría al episodio de la granja de Facebook.


Y pues bueno, eso es todo por hoy. Esperen la siguiente parte de este ensayo dónde trataré de enlistar los distintos estereotipos de un Otaku latinoamericano hoy en día. Y recuerden:



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