Hace mucho tiempo (bueno, en realidad no tanto) existía un joven príncipe Friki, de gran belleza e inteligencia, llamado Siddharnimetrixx. Siddharnimetrixx vivía con todos los lujos y placeres que cualquier friki podría ambicionar: un nintendo 64 infestado de cartuchos que le garantizaban diversión por el resto de su vida, una torre de historietas y mangas que leerlas todas le llevaría tanto tiempo que terminaría olvidando lo que leyó en un principio, por lo que le terminaría divirtiendo de nuevo leer de nuevo toda la colección; una gran colección de películas de ciencia ficción y de acción yanquis; toneladas de pornografía; tanto hentai como con Pornstars; juegos de rol; figuras de personajes épicos como Dark Vaider (ii), Magneto, Homero Simpson, Goku, Leon-o y Doraemon; comida chatarra que el mismo señor Payaso satánico de la nariz roja que vende hamburguesas envidiaría, como cacahuates garanpiñados y refresco de cola sabor naranja, y, sobre todo, unos padres complacientes a los que no les importaba las bajas calificaciones que su retoño sacase, que no dejaban de consentirlo con detalles como servirle su cena en la habitación y defenderlo de los abusivos. Aparentemente su vida estaba plena y destinada a la felicidad absoluta. Pero había un problema: no era así. Siddharnimetrixx se sentía vacío pese a saberse privilegiado y envidiado por el resto de los frikis. Él quería salir de su burbuja y conocer como era el mundo para el resto de los frikis plebeyos.
Fue por eso que un día decidió que, con o sin el consentimiento de sus padres, emprendería la travesía de asomarse, aunque fuese una sola vez, por el basto y cruel mundo del que ellos le habían protegido desde que nació. Se conectaría a Internet.
Le pidió a un amigo de confianza, un friki no muy agraciado que estaba acostumbrado a deambular por aquel inhóspito mundo, que le acompañase y le sirviese como guía. Fue así como ambos se embarcaron en la web. No pasó mucho tiempo de estar conectados cuando Siddharnimetrixx se encontró con una página que al intentar entrar en ella se abrían otras ventanas con anuncios publicitarios y, sin importar lo que hiciese, estos siempre saturaban su memoria Ram. Le preguntó a su guía el porqué ocurría esto y éste le contestó:
—Esos son mensajes de publicidad. Es uno de los muchos tipos de spam que existen.
— ¿Spam?
—Sí. El spam son cosas inútiles que uno puede encontrar en toda la web y te hacen más difícil navegar y buscar lo que quieres, pues estorban y hacen mucho bulto. —el friki plebeyo abrió su cuenta de correó y se la mostró a Siddharnimetrixx—. ¿Vez todos estos correos? La mayoría es publicidad de cosas que ni siquiera sabes para qué sirven, cartas cadena con mensajes trillados y amenazas baratas que orillan a los incrédulos a enviárselos a sus demás contactos, o invitaciones para firmar en los flogs de personas que no conoces o no recuerdas. Tu correo en cuanto se hace popular se satura más y más al punto en que sólo te queda cambiarlo para deshacerte temporalmente de él. De la misma manera tus blogs o sitios personales corren peligro de llenarse de spam en los comentarios y firmas de visitantes si no los revisas con frecuencia. Y en las comunidades virtuales como los foros y las grandes webs la cosa empeora: el spam es tanto que aunque haya moderadores encargados de borrar el spam y amonestar a los que lo dejan, siempre habrá mensajes de tipo spam estorbando y abundando, a veces hasta más que los verdaderos mensajes y comentarios. Hay webs tan corruptas, como los metroflogs, que su uso ha decaído al de ser verdaderos nidos de spam sin ningún contenido que valga la pena; los flogeros ociosos gastan grandes cantidades de caracteres en mensajes copypasteados que forman figuras ridículas, sin ningún argumento, sin nada que aportar.
Siddharnimetrixx se sintió horrorizado ante tales descripciones, y si sus propios ojos no lo hubiesen visto, jamás concebiría como ciertas las palabras de su acompañante amigo.
Más adelante, el príncipe friki encontró un sitio que promocionaba la descarga gratuita de un estupendo juego de video, y no pudo resistirse a la tentación de obtenerlo. Hizo clic en el botón de “descargar ahora” y en menos de tres minutos el archivo estaba listo para guardarse. Sin embargo, antes de poder abrirlo, el programa antivirus de la PC del friki vasallo advirtió que el objeto seleccionado estaba infectado y pasó a eliminarlo ya que era imposible prevenir la instalación del programa malicioso de otra forma. Siddharnimetrixx no entendía que estaba pasando y preguntó confundido. Su amigo le contestó:
—Se trataba de un virus, mi señor. Los virus son programas que se instalan en las PCs que navegan por internet o se conectan con memorias externas u otros equipos; se instalan y activan sin permiso del usuario, destruyen o alteran los archivos y programas del equipo y luego buscan la manera de insertarse en otras PCs para hacerles lo mismo. Los virus son llamados así porque están en todas partes y es muy fácil infectarse con ellos. Aunque hay programas antivirus que sirven para identificarlos y destruirlos. Sin embargo, hay virus que son muy difíciles de combatir y que no pueden ser detectados con facilidad. Si bien este no fue el caso, es probable que en estos momentos haya uno o más virus alojados en esta PC mía.
— ¡Eso es horrible! —Gritó el príncipe friki—. ¿Cómo puede la gente navegar en Internet estando expuesta a tan tremendo peligro?
—No tenemos otra opción, mi señor.
Siddharnimetrixx sintió una arqueada de repulsión al imaginar a los miles y miles de usuarios de Internet inocentes tenieno que navegar en medio de tanta porquería. Con el spam y los virus a un click de atacarte, ¿cómo podían los usuarios navegar tan tranquilos?
Pero eso no fue todo lo que el joven príncipe Friki Animetrixx (JPFA para abreviar xD) conoció aquel día. Continuando navegando en un servidor de videos online, se topó con uno en particular:
http://www.youtube.com/watch?v=2cJQvdm5ngg
— ¿Pero qué diablos está diciendo esta mujer? —gritó con Siddharnimetrixx con pánico, casi a punto de un shock. La cantidad de barbaries dichas y hechas por aquella autora del video, así como el video mismo era un atentado a la cordura y la inteligencia. De inmediato sintió unas enormes ganas de dirigirse a la autora y reclamarle por semejantes creencias, pero su amigo le detuvo y le explicó:
—No pierdas tu tiempo, mi señor. Esa chica sólo es una Troll.
—Una Troll?
—Es algo un poco difícil de explicar…
“Un Troll de Internet es una persona que se dedica a joder y manipular a los demás usuarios mediante mentiras, farsas y actuaciones. Así como en el mundo real hay gente que gusta de engañar y hacer sentir mal a otras personas, en la web hay mucha gente que se dedica a hacer lo mismo pero con la facilidad que implica el no tener que actuar sentimientos y lo fácil que es hacerse de un sinnúmero de identidades falsas aquí. Esta chica, por ejemplo, sólo finge ser una fanática religiosa y defiende sus estúpidas acusaciones para hacer enfurecer a los otakus que, creyendo que realmente la pobre está inmersa en la ignorancia, vienen a desmentirle o a criticarle por su idiotez de video. Sin saberlo han estado haciendo lo que ella ha querido: perder su tiempo y enojarse por algo trivial.
“Otros Trolls no son tan astutos. Hay quienes simplemente llegan a los foros a repartir insultos y críticas destructivas. Pese a eso, hay usuarios que se deciden a responderles pese a las advertencias de los moderadores de no hacerles caso en lo que ellos se encargan de bannearlo y borrarle sus mensajes spam. A su vez, hay Troll bastante buenos que manipulan y engañan a la gente de manera tan sutil que uno nunca se llega a dar cuenta de cuantos Trolls llegaron a jugar realmente con nosotros. A estos sí que hay que tenerles miedo pues con su interpretación saben como crear odio entre diferentes grupos o desatar peleas con un simple comentario suyo. Muchas comunidades han colapsado por culpa de Trolls que se hacen pasar por miembros y que, una vez ganada la confianza de muchos, maquinan su golpe de sembrar discordia y malos entendidos que generan el resquebrajamiento de la comunidad atacada.” Hay otros trucos de Troll aún más maléficos como…”
— ¡Ya no sigas! —Gritó Siddharnimetrixx con la voz quebrada de tanta histeria—. Te lo ruego, ¡ya no sigas! Pensaba que los virus y el Spam eran demasiado, ¡pero esto es aún más horrible! No lo soporto. Ni a los trolls ni a los virus ni al Spam. ¿Cómo se supone que una persona va a poder divertirse en la web si, a cada instante, los virus, el Spam y los Trolls estarán acechándote? Respóndeme tú, amigo mío, ¿cómo pueden tú y el resto de los users conectarse a Internet tan tranquilamente si ahí está infestado de tantas abominaciones tratando de hacerles daño?
—La vida de nosotros los users nunca ha sido tranquila. Hay muchas cosas buenas en la web, mi señor, que vale la pena buscar arriesgándose a los peligros. No tenemos otra opción si queremos tenerlas.
—Sigue siendo injusto —susurró—… Sigue siendo injusto que la gente deba exponerse a este tipo de vicios cuando su único deseo es el de alcanzar la felicidad. ¿Cómo podría yo ser feliz en Internet con los virus, el Spam y los Trolls acosándome en cuanto abro mi explorador?
Dispuesto a hallar todas estas respuestas, Siddharnimetrixx decidió abandonar todos sus lujos frikis y embarcarse solo en aquel mundo tan hostil que era el ciberespacio.
